miércoles, 19 de diciembre de 2012

Grace Living Center


Una de las consecuencias del hecho de que consideremos que nuestra vida es lineal y unidireccional es que conduce a una cultura en la que se segrega a la gente en función de la edad. Enviamos a los más pequeños al jardín de infancia y a preescolar, como un grupo. Educamos a los adolescentes en lotes. Metemos a la gente mayor en residencias para ancianos. Hay buenas razones para todo esto. Al fin y al cabo, en nuestra vida hay tramos previsibles, y tiene sentido crear entornos en los que la gente pueda experimentar esos periodos de forma óptima. 

Sin embargo, también hay buenas razones para cuestionar las rutinas de lo que en realidad equivale a una discriminación por la edad. Un ejemplo edificante es un programa educativo único e incomparable en la escuela de Jenks del distrito de Tulsa, en OKlahoma. Aquí tienen un programa de lectura aclamado internacionalmente que proporciona clases de lectura a niños de entre 3 y 5 años de edad. El distrito de Jenks ofrece una versión muy especial del programa. La idea surgió cuando el dueño de otra institución de Jenks se acercó al supervisor de los colegios. Había oído hablar acerca de un programa de lectura y se preguntaba si su institución podría ayudar de alguna forma. El supervisor respondió positívamente a la idea , y después de aclarar algunas dificultades burocráticas, acepto la ayuda de la otra institución. La otra institución es el Grace Living Center, una residencia para ancianos.

Durante los meses siguientes, el distrito estableció una clase de preescolar y de jardín de infancia en el Grace Living Center. La clase, rodeada de paredes de cristal transparente, está situada en el vestíbulo del edificio principal. Los niños y sus maestros acuden allí todos los días como si fuese una clase cualquiera. Como está en el vestíbulo, los residentes pasan por allí al menos tres veces al día a las horas de las comidas.


Cuando la clase se inauguró, los residentes se paraban a mirar a través de las paredes de cristal. Los maestros les dijeron que los niños estaban aprendiendo a leer. Varios residentes preguntaron si podía ayudar. Los docentes se alegraron de tener ayuda, y rápidamente sentaron las bases de un programa llamado Compañeros del Libro. El programa empareja a un anciano de la residencia con uno de los niños. Los adultos escuchan a los niños leer, y les leen.


El programa ha obtenido resultados asombrosos. Uno de ellos es que la mayoría de los niños del Grace Living Center superan a otros niños del distrito en los exámenes estándares de lectura. Más del 70% sale del programa a los cinco años leyendo al mismo nivel que los niños de tercero o más. Pero aprenden mucho más que a leer. Mientras se sientan con sus compañeros de Libro, tienen conversaciones enriquecedoras con los adultos acerca de gran variedad de temas, y en especial sobre los recuerdos que los mayores tienen de su infancia en Oklahoma. Los niños preguntas cosas sobre como eran lo iPods cuando los adultos eran pequeños, y estos les explican que su vida era diferente de la de los niños de ahora. Esto conduce a historias acerca de como vivían y jugaban hace setenta, ochenta e incluso noventa años. Los niños adquieren una historia social de su ciudad natal de una textura asombrosa a partir de personas que han visto la evolución de la urbe hace décadas. Los padres están tan satisfechos del beneficio extracurricular que hoy día las plazas se rifan debido a que la demanda de las sesenta mesas disponibles es muy grande.

Pero en el Grace Living Center ha ocurrido algo más: la medicación ha caído en picado. Muchos de los residentes que participan en el programa han dejado o reducido sus fármacos. ¿Porqué? Porque han vuelto a la vida. En lugar de pasar los días esperando lo inevitable, tienen una razón para levantarse por la mañana y una emoción renovada por lo que ese día pueda traerles. Viven, literalmente, más tiempo porque han vuelto a conectar con su energía crativa.

Los niños aprenden algo más. De vez en cuando los maestros tienen que explicarles que uno de los Compañeros del Libro no podrá volver a acudir, que esa persona ha muerto. Los niños asimilan así a una edad muy temprana que la vida tienen sus ritmos y sus ciclos, y que incluso las personas cercanas a ellos forman parte de ese ciclo.

En cierto modo, el Grace Living Center ha recuperado una relación antigua y tradicional entre distintas generaciones. Entre los muy niños y los muy viejos siempre ha habido una conexión casi mística. A menudo, en Occidente mantenemos separadas estas generaciones. El programa Compañeros del Libro muestra a de forma simple pero profunda la vía del enriquecimiento que se abre cuando las generaciones se encuentran. También enseña que la gente mayor puede recobrar energías perdidas desde hace mucho tiempo si las circunstancias son idóneas y la inspiración está allí.

1 comentario:

  1. Este post es una copia exacta de La página 157 del libro El Elemento deberías citar o parafrasear, de lo contrario es plagio.

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