miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿Es deseable el Igualitarismo?



Víctor propuso una práctica en la que cada miembro de un grupo debía elegir una ideología y hacerse experto en ella. Yo elegí el igualitarismo, y quiero compartir con vosotros lo que aprendí de esta creencia.

El igualitarismo surge como reacción al sexismo. Los profesores quieren tratar a todos por igual, evitando así la discriminación sexual y ser más justos. Sin embargo, esto es inoperante en la práctica, ya que con esto atendemos menos a las necesidades individuales, y reducimos la atención, los intereses, y las habilidades de cada persona, lo que es poco deseable. De hecho puede llegar incluso a ser educativamente poco deseable. Lo que sería realmente deseable sería un trato equivalente.

El punto clave consiste en respetar aquello que los niños y niñas, hombres y mujeres poseen de diferente y parecido para ser tratados por igual cuando no hayan diferencias, y de forma distinta cuando sí las hayan. Con esto conseguiríamos ciertos bienes sociales como la libertad y el bienestar. No hay que dar mas valor a un sexo que al otro. El problema radica en definir que cosas son similares y cuales son diferentes entre sexos.

Así pues, el igualitarismo sostiene que todas las personas deben ser tratadas como iguales, que tienen los mismos derechos y oportunidades. Podemos encontrar argumentos favorables y críticas sobre esta ideología:

a) Argumentos favorables: trata a cada ser humano por igual independientemente de la raza, sexo, religión u orientación sexual. Esto significa reconocer las diferencias que existen en el otro sin discriminarlo. El igualitarismo autoriza las discriminaciones si es para equilibrar las desigualdades. No se reconoce ningún privilegio como natural, ya que todos somos iguales por naturaleza.

b) Críticas: sus detractores piensan que la búsqueda de la unidad es negativa. Es un atentado para la libertad que impide a la persona surgir, y la reduce a una masa que va al encuentro de sus aspiraciones naturales de excelencia. Esto podría ser malo para aquellas personas que carecen de capacidades físicas o mentales para competir. Esta política igualitarista es ineficaz.

Debería haber una igualdad de acceso, derechos y oportunidades. Aquel que carece de oportunidades hay que ayudarlo para que puede tener las mismas oportunidades. Como hemos dicho anteriormente, todos tenemos que ser tratados de forma equivalente, según sus necesidades.



Pongo un ejemplo de igualdad. En una rifa donde se sortea una tarta, todos tienen las mismas oportunidades de ganar la tarta. Sin embargo, solo uno de ellos la ganará. Para que tuviéramos la mismas oportunidades y los mismos resultados, lo más justo seria cortar la tarta en trozos iguales y repartir uno a cada uno.


¿Sería apropiado entonces el igualitarismo en la educación?

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